EL PRIMERO, PERO NO EL ÚLTIMO

Como la brisa que recorre la superficie

De un cuerpo desnudo

Abandonado sobre las dunas de la playa

Acentuando la silueta sobre la luz

Del sol que se pone en el ocaso

Y disimula  los colores de  la brillantez.

Al margen de la vida, de todo lo que sigue vivo

Amén de los sueños más emocionantes,

Que a veces son parte inevitable de las vivencias.

A veces pasiva, otras tan sencillas.

Así el surco de la arena deja la huella,

Sobre el cuerpo desnudo, ajeno a todo significado.

Por favor, deja la clave sobre la arena,

De los momentos que nos devuelvan las ilusiones.

No me dibujes mensajes incomprensibles,

Que el tiempo borrará calladamente,

Y quizás que recupere el polvo de nuevo,

Aun antes de poder interpretarlos.

Deja sobre tu cuerpo una pista, pues necesitamos

Las claves de la huella, de los pensamientos, de los sueños.

Un primer poema, que no el último para un debe ¡¡

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