RELATOS PARA EL VERANO_20 MINUTOS

RELATO DE VERANO 20_MINUTOS

Durante toda mi vida había deseado en silencio a mi vecina “Curra” , la del segundo piso de enfrente. Con ella tuve mi primer delirio en forma de eyaculación a los 12 años y medio. Ella era el objeto de deseo desde mi más tierna infancia. En esas edades una mujer madura mucho más rápido y ya se sabe, mientras yo andaba dando patadas al balón, jugando al churro pico o terna, o soñando despierto con los colegas; Curra ya andaba saliendo con chicos en pandilla.

Habían transcurrido más de veinticinco años. Se habían bifurcado dos vidas desde un barrio en el que pocas veces habíamos cruzado tres palabras; sobre todo porque ella era dos años mayor. Alguna vez hablaba con ella al verla con mi hermana mayor y casi no me salían las palabras. Pasaba tanto corte a su lado; creía que se daba cuenta de que era mi amor, el amor de mis sueños, la princesa de mi cuento y casi no podía dejar de tartamudear. Eso hacía que me callara y me dedicara a observarla detenidamente. Repasaba cada centímetro de su orografía corporal.

Como la vida y el destino son tan caprichosos, las musas y los angelitos junto con el azar, se pusieron de acuerdo el verano pasado. Todo un hombre de 40 años y ella una mujer de 42 nos fuimos a encontrar en el acceso de un cajero automático de la avenida de la Constitución, de nuestra ciudad.

Como ya había perdido la vergüenza, no lo pensé y al reconocerle, en décimas de segundo actué. La saludé por su nombre de pila; (Paqui) pero ella no calló en un primer momento. Soy Jorge, (le dije), el hermano de Pilar. Vivía en el tercero frente a tu habitación, espeté.

          Ah, claro el hermano pequeño de Pilar. Cuantos años hacía que no te veía. ¿Y cómo estás?.

          Pues si hace más de 25 años que nuestras vidas tomaron rumbos diferentes. No me puedo quejar. ¿Y tú?

          Bueno pues tengo motivos para quejarme pero ya sabes, ¿quién no tiene problemas en la vida?. En realidad estoy jodida, hace un año que me he divorciado. Pero bueno no te voy a aburrir con mi triste historia

          No no, no te preocupes. La vida es así, lo que hoy nos quita, mañana nos lo da y viceversa.   Yo no me quejo, las cosas me han ido mejor de lo que pensaba. Si bien sigo soltero, más por convencimiento propio que otra cosa.

Así estuvimos casi cinco minutos hasta que ella se dio cuenta de que se le hacía tarde, pues iba con la hora justa para recoger a sus hijos del colegio. Sin darle mucho tiempo para que se lo pensara le propuse una próxima cita para tomar un café. Y accedió a ello. Intercambiamos números de móviles y nos despedimos.

Aguanté como pude tres días antes de llamarla para provocar esa cita pendiente. El jueves de esa misma semana hice una llamada para invitarla a tomar un vino, una vez se pusiera el sol y los calores granadinos de julio se disiparan. Me recordó lo del café, pero me hice el distraído y el caso es que la convencí para salir a tomar un vinito esa misma noche.

Quedé en una terraza de verano, a orillas del río Genil, quizás la más fresquita de la ciudad y con buena cocina. Así, esa cena al aire libre, en un lugar con encanto hizo que el buen vino nos predispusiera a charlar de nuestras vidas. Tengo que reconocer que tras 4 largas horas de cena y charla, mis sueños, mis anhelos con ella se estaban haciendo realidad. Estaba con ella, hablaba de tu a tu y ya no tartamudeaba. Bien, el caso es que durante ese mes fuimos quedando varias veces más, se intercalaban los cafés con los vinos y con las cervezas.

Una mañana sin tener previsto quedar, otra vez coincidimos en el mismo cajero. Estaba de suerte ese verano. Ella había salido de Guardia del Hospital y en realidad no tenía ninguna prisa por nada. Yo iba a hacer alguna gestión sin importancia. Le dije de desayunar juntos y como estábamos cerca de mi casa le propuse enseñársela pues la había adquirido hacía poco y aún andaba decorándola. Con la escusa de que necesitaba una opinión femenina para elegir los colores de las cortinas accedió a subir al “Mirador”; así la llamo. Suelo ponerle nombre a casi todo. Y de pronto ya estábamos dentro de la cocina.

– Pasa pasa, por favor. ¿Qué prefieres desayunar?

– Jorge yo ya he desayunado en el hospital, con un zumito de naranja me conformo.

– Estupendo, para mi otro con una tostada de miel y limón.

– Oye Jorge, tienes una casa muy bonita, diría que ya ha pasado por aquí alguna opinión femenina.

– No no, de verdad Curra, todo es original mío. Me gusta la decoración. Y referente al lo que me contabas de tu divorcio, ¿es tema superado o colea aún?.

– No, las cosas fueron muy deprisa; un día me dijo que necesitaba tener feliz su corazón y su sexo y despareció. Se marchó con otra y nos dejó a mis hijos y a mi. Eso si, tras 3 años de engaño y cuernos. Tú has hecho bien, ¡no te cases, ni tengas hijos!.

– Oye eso no se puede afirmar de manera tajante. Siento mucho lo que te ha pasado, ahora bien, hay parejas que duran y se fabrican una felicidad en común. Comparten alegría y desdicha a la par.

Entre charla y charla, fuimos dando un vistazo a todo el piso. Tras pasar revista a cada habitación subimos al solárium que tiene unas vistas maravillosas hacia Sierra Nevada. Hacía una mañana calurosa y el sol ya le daba de lleno. Mientras ella se quedó casi extasiada mirando hacia el infinito a mi me entraron sudores de todo tipo, la tenía a escasos 10 centímetros de mi. Se había apoyado y yo me incliné sobre ella para darle explicaciones sobre las vistas. Estábamos más juntos que nunca. En un leve roce con su piel casi de forma inconsciente le robé un beso. Se giró hacia mi. Sin mediar palabra me agarró del cuello y me dio el beso con más frenesí y gustoso de toda mi vida.

De pronto estábamos dando rienda suelta a nuestras dotes amatorias. Ya no había mucho que decir y muchísimo que hacer. Nos habíamos juntado dos perfectos amantes, dejándose llevar por ríos de pasión contenida a lo largo de los años. Nuestros cuerpos pegados prácticamente levitaban entre besos y besos, entre caricia y caricia. Nuestros abrazos y pasión querían confundirnos en uno.

Ya en la habitación, los vapores empañaban los cristales, faltos de ropa y con temperatura elevada nos entregamos con absoluta plenitud al goce de la piel. Un clímax casi abrasador cargado de un intenso deseo del uno por el otro. Ella así lo dijo en una cena, que de adolescente yo le había atraído mucho y que había tenido fantasías conmigo.

Nos compenetrábamos como la maquinaria de un reloj, parecía como si toda nuestra vida hubiésemos hecho el amor. Cada roce de piel contra piel era un gemido, era u alarido de gusto, de un placer que te subía al paraíso más perfecto y maravillo. Nos entregamos al amor pluscuamperfecto, nos abandonamos a nuestros instintos más íntimos, para hacer aquella mañana templada y tórrida del mes de julio todos los sueños anteriores realidad.

Tantas y tantas veces había imaginado su cuerpo, tantas veces me había masturbado con ella que ahora era como estar una vez más pero en la realidad, casi no daba crédito. Todo se multiplicaba por mil, cada letra, cada palabra, cada frase, cada mirada, cada movimiento; eran años y años de deseo que se hacían realidad en décimas de segundos, era subir al cielo para ir al paraíso de las emociones. Ella estaba casi enloquecida, bruta, arrolladora de placer y de gozo. Sobre todo porque sentía que la amaba, que la deseaba y que jamás la dejaría.

Y no se equivocaba. Era la mujer soñada.

 

Tomyy 25 / 07 / 08 parejasentadadv2[1]

 

 

 

 

4 Comentarios

  1. Ahhhhhhhhhh que se me había olvidado. Tomyy mi interpretación a estas dos frases es la siguiente:
    CUANDO UNA MUJER DICE: " ERES UN HOMBRE ESTUPENDO, TE QUIERO COMO A UN HERMANO", te está diciendo que eres su paño de lágrimas pero que los polvos los echa con otro.
    y "ME HAS CONQUISTADO EL CORAZÓN PERO NO LA CABEZA", aquí la muy retorcida dice que te echa un polvo o dos y los que encanrten pero que en la cabeza tiene a otro. Que nastis de nastis con ella. Jajajja
    Con lo fácil que es decir lo que  uno quiere o deja de querer, verdad ¡¡ Bueno besazos primor.

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